lunes, 27 de febrero de 2012

Los Hombres que No Amaban a las Mujeres; Cómo hacer un calco



La historia es de sobra conocida al igual que la obsesión de Hollywood por hacer remakes de todo lo que tenga éxito en Europa. En contadas ocasiones un remake está a la altura del original y con "Los Hombres que No Amaban a las Mujeres" seguimos dándole vueltas a lo mismo. Tiene virtudes, bastantes, pero es más gracias a la propia obra y personajes que a la película en sí. Tampoco hay que ser hipócritas, esta versión tiene mayor presupuesto, mejor factura en numerosos aspectos y más "glamour" pero no por ello el mismo encanto de una original sueca que superó con creces las expectativas (algo que no ocurrió con las posteriores secuelas y es ahí donde esta nueva saga puede sacar partido, hacer dos secuelas mejores que las suecas debería ser su gran objetivo, muy difícil no lo tienen).


Lisbeth Salander es un caramelo, es un personaje antológico y, en este aspecto no hay nada que reprochar. La guerra Noomi Rapace contra Rooney Mara no tendría una justa ganadora (aunque la nominación al Oscar de Mara duele bastante). Lisbeth Salander es una persona que, en el comienzo de la película rechazas y si te cruzas con ella por la calle te cambias de acera en cuanto la ves pero, al final de la cinta, no solo la adoras, es que querrías arroparla por las noches y más de uno cae enamorado de ella. Destaco el look de Rooney Mara, mucho más bestia y fiel al libro (atención al pelo en constante cambio), con un Daniel Craig que se dedica a poner cara de circunstancias tal y como requiere un personaje que solo sirve para dar más cancha a Lisbeth para lucirse, y no digo que le de cancha a Rooney sino a Lisbeth porque da igual quién la interprete, es una institución en sí misma.




El problema viene, obviamente, cuando te das cuenta de que lo único en lo que el director ha puesto su sello personal es en los créditos iniciales porque el resto es un calco escena por escena. Los que no hayan visto la original están de enhorabuena, los que sí lo hayan hecho comprobarán que están ante la misma película. Todo es igual, plano por plano, la fotografía... todo. Es que realmente no merece la pena comentar nada más puesto que, al ser un calco, la crítica vendría a ser la misma de la que hice en su momento de la original (no se si reír o llorar).


Pero no todo es malo, yo realmente espero las secuelas dado que las suecas fueron muy inferiores a la primera parte y es por ahí por donde Fincher tiene que tirar. Tiene que aprovecharse y darle la vuelta a esto a su favor porque Lisbeth Salander merece un final de historia a la altura de las circunstancias y si nos tenemos que tragar un primer calco para disfrutarlo... pues lo soportaremos como podamos.