"Los ángeles de Charlie" es un producto que siempre ha llamado la atención. Gusta el hecho de tener a tres delincuentes tías buenas haciendo el bien para un jefe al que ni ellas ni el público conocemos. Se puede decir que el público masculino tiene lo obvio y el femenino la admiración e identificación formando un entretenimiento perfecto a lo que habría que sumarle el hecho de que en los años 70 eso de tener de protagonistas a tres mujeres llevando la voz cantante era de lo más novedoso. De ahí el éxito.
Con la llegada del nuevo siglo Hollywood no perdió la oportunidad de relanzar el filón y optó por una fórmula que se llevaba demasiado por aquel entonces, el exceso. La película (y su posterior secuela) protagonizada por Cameron Díaz, Drew Barrymore y Lucy Liu es una mamarrachada de proporciones cósmicas pero nadie puede negar una cosa, reventaron la taquilla y la gente (que no los críticos) se entretuvo. De ahí el éxito.
Cuando la ABC anunció que "Los Ángeles de Charlie" volvían a casa, es decir, a la televisión, yo fui de las personas que hicieron palmas con las orejas. Como he dicho, me gusta la historia, me gusta la idea y todo lo que se puede crear alrededor de ella. Pero cuando salió el primer trailer no pude hacer otra cosa que temerme lo peor y, efectivamente, el fracaso ha sido estrepitoso.
Muchos son los que apuntan a las actrices elegidas como el mayor error de casting en años, no se equivocan pero vayamos por partes.
No estamos en los años 70, y con esto quiero decir que las mujeres policias, carismáticas y fuertes ya no son la excepción en televisión, son el día a día y las hay de todas las edades, clases y el 99% son bellezas. Por otro lado, todo ese desfase de principios de Siglo ya no se lleva demasiado y podría haber resultado ridículo, por ello, muchos esperábamos que la serie se volviera... SERIA. Y con seria no me refiero a algo en plan HBO, me refiero a algo como lo que han logrado hacer con el remake de Nikita o con Batman en el cine (salvando las distancias con esta última).
Porque si hay algo que define a estos tres nuevos (y ya cancelados) ángeles es, sin duda, el aburrimiento. El público conoce la historia, el público está harto de darle vueltas a lo mismo, por ello hay que ser listo y contar lo mismo pero con novedades. Se que parece una gilipollez pero me habría gustado ver a estas delincuentes ejerciendo como tales, en la cárcel, convirtiéndose en ángeles, sangrando, sufriendo y teniendo una trama general decente persiguiendo a algún asesino, ladrón o lo que sea... vamos, un remake en toda regla desde el principio. Las divinidades y mamarrachadas se acabaron, no digo que no estén buenas, solo pido que sean humanas. Si te pegan un palizón, al día siguiente vas con el ojo morado a la oficina, y si has sido una chunga pues demuéstralo de vez en cuando, y si ambientas la serie en una ciudad un poco más "seria" que la repetida hasta la saciedad (Miami) pues mejor.
Hace unos años este remake habría tenido éxito (solo hay que ver la superficialidad de las películas) pero hoy en día pedimos algo más que tres rostros bonitos pegando tortas. Pedimos drama y empatización (dentro de lo que se pueda con un producto como este, que ya sabemos todos lo que es), en definitiva, un buen lavado de cara. A todo esto le sumamos a Minka Kelly y Annie Llonzhe, decir que no tienen carisma es quedarse corto, no se puede explicar con palabras lo sosas que son, aburren a las piedras y no han cambiado su expresión facial en toda la serie. Los únicos momentos buenos han sido para Rachael Taylor pero con ese guión y esas compañeras no podía hacer más.
A pesar de todo, "Los Ángeles de Charlie" sigue siendo un producto que gusta, que llama la atención y que cuenta con la nostalgia del público de todas las edades formando parte de la cultura popular. Pasaran dos, cinco o diez años pero lo volverán a intentar, solo espero que se den cuenta de que el público responde ante remakes de calidad (Batman o Nikita son claros ejemplos) y que vivimos tiempos jodidos donde no todo puede ser de color de rosa y donde priman los momentos de pasarlas putas sin perder la esperanza. Ahí lo dejo.