sábado, 16 de octubre de 2010

El Diablo Viste de Prada, maravillosa visión del mundo de la moda y de la vida



¿Conoceis esa sensación tras haber visto una buena película? Es cuando piensas "Me ha encantado" o "Me lo he pasado de puta madre" y da igual que algunos te digan que esa película es una mierda porque tú la seguirás amando y te la comprarás en el formato coleccionista aunque tengas que ir a la luna a buscarlo. El Diablo Viste de Prada, para mí, es una de esas películas, y no me avergüenzo porque aunque parezca que aquí nada más que va a haber moda (que la hay) y ñoñerio por todos lados, lo que realmente nos encontramos es una crítica feroz pero cómica e irónica a partes iguales sobre la industria de la moda y que, conforme avanza la película, nos vamos dándo cuenta de que la moda es solo una escusa para decirnos eso de "Tios, dejaros de tonterias porque ganar una pasta no te va a hacer feliz y el ser un o una hija de puta con mucho dinero no va a impedir que te mueras como todo Cristo". En el fondo es eso, un ¿Hasta dónde estas dispuesto a llegar? Con la moda como telón de fondo, por ese hecho se cataloga (erroneamente) a esta película de femenina, supongo que si llega a tener de fondo el fútbol o algo de eso se la tendría como masculina pero en este caso es un error fatal. 



El guión hace de cosas esperpénticas de oir una obra maestra gracias a los actores. No exagero cuando digo que es imposible destacar a uno sobre otro porque, aunque es cierto que Meryl Streep está (como siempre) fantástica, los demás no se quedan atrás y nos dan uno de los mejores repartos de los últimos años destacando al cuarteto formado por Streep, Anne Hathaway, Stanley Tucci y Emily Blunt. La llegada de Hathaway a la revista es el punto de partida de algo que todos conocemos porque en el fondo lo hemos vivido, esa sensación de estar en un sitio donde no encajas y tomar la decisión de cambiar para hacerlo. Encima añadimos a la peor jefa que uno se puede encontrar. Tenemos a la industria de la moda como negocio manejador de carne, dinero, fiestas y falsedad se nos hace hasta normal aunque acabemos llegando a un punto en el que nos damos cuenta de que ese trabajo "por el que todos matarian" es solo la escusa perfecta para darnos cuenta de que todo estaba bien desde el principio y a pesar de que el cambio en plan "Betty La Fea" no deja de ser espectacular y divertido, los deseos de darle un martillazo a la protagonista de vez en cuando no te los quita nadie. Ni qué decir tiene que a la industria de la moda no le gustó ni un pelo la película...


Porque Stanley Tucci se lo dice a la protagonista en un momento de la cinta "El trabajo que muchas chicas matarían por hacer tú lo haces solo para comer". No te gusta, pero te cambias entera y finjes para, primero, encajar y, segundo, ganar pasta. ¿Os ha pasado eso alguna vez? Exacto, y no tiene por qué ser en el trabajo, la vida está llena de situaciones como estas. Como digo, desde el primcipio cogen este pretexto y lo meten dentro del mundo de la moda al que apalean sin piedad pero, a la vez, sin pasarse. Lo justo y necesario para dejarnos claro lo que se cuece en las industrias que mueven millones (moda, música, cine...), algo que sabemos pero ignoramos porque nos gustan mucho los cuentos de hadas y el glamour. Aquí tenemos un rebaño de obejas con mandamases que dicen lo que hay que hacer y cómo hacerlo y con Hathaway como "intrusa" en un supuesto "País de las maravillas" que tiene de maravilloso lo que yo de multimillonaria. Porque ahí está la gran Emily Blunt para recordarnos que para mantener la figura no come nada y cuando está a punto de desfallecer se come un quesito. Las mayores risas de la cinta son para las frases soltadas por su personaje, es cuando uno termina de verla cuando se da cuenta de las burradas que ha llegado a decir. Y así con todo lo demás. Una vez vista, relexionando, nos llega un malestar que evitamos recordando que es muy divertida y recomendándola por ello a los amigos (masculinos) y por la ropa y demás trapitos a las amigas. De lo que realmente va la cosa no lo nombra casi nadie y si lo hace es en plan anécdota, ahí está la grandeza de todo esto. Su doble cara es impresionante.



Como he dicho, los actores terminan de hacer especial a esta película. Meryl Streep está grandiosa, espectacular, es fría, calculadora, manipuladora, mala... una hija de puta de mucho cuidado, indescriptible. Anne Hathaway logra que nos identifiquemos con ella y que le deseemos lo mejor, lo cual es un gran logro. Stanley Tucci no solo está divertido, es que además está realista, algo que muy pocos logran al intrepretar personajes como el suyo. Y Emily Blunt se convierte, por méritos propios, en la robaescenas oficial de la película, me atrevo a decir que cuando comparte plano con Hathaway se la come y a pesar de tener poquitas escenas su personaje es memorable y el claro ejemplo de la gente que, realmente, no tiene vida. No sabes casi nada de ella durante la cinta pero tampoco necesitas saberlo para compadecerla, Emily Blunt es fantástica y una revelación en toda regla gracias a esta película.



No cometais el error de creer que es una comedia romántica empalagosa y ñoña. Esto NO es eso. Porque aunque nos cieguen los trapos, los zapatos y el dinero uno llega a un punto en el que se da cuenta de que no tiene nada. Y puede que muchos digan que a ellos todo eso les da igual con tal de tener el par de zapatos, la sensación contradictoria está ahí porque como muy bien le dice al final de la película Meryl Streep a Hathaway, sus vidas pueden estar destrozadas y ser todo una gran mentira pero:


"Todos quieren ser nosotras".


No le falta razón...