martes, 1 de noviembre de 2011

Criadas y Señoras, hay que saber ver los grises



Hay películas que, con solo ver el trailer, respiras Oscar. (Vease los trailers de películas de Clint Eastwood por ejemplo), los observas y ya vas esperando ver una gran obra, y luego están las fantásticas y geniales sorpresas que te da la vida, bueno, mejor dicho, que te da el cine.

"The Help" (conocida en España como Criadas y Señoras) navega por aguas peligrosas. Los años del mayor racismo en Estados Unidos nunca deben ser tomados como una broma para pasar la tarde y tampoco estamos ante un drama de los de salir hecho polvo del cine. Se trata, más bien, de intentar contar una historia dentro de una época donde todo nos parece absolutamente absurdo.

Skeeter Phelan (Emma Stone) es una chica independiente que quiere ser algo en la vida, estudia periodismo y le gusta escribir. Digamos que para conseguir un buen empleo (es mujer en los años 60, obviamente tiene que esforzarse el triple) decide escribir un libro titulado "Criadas y Señoras" (The Help) donde las criadas de su vencindario (todas mujeres de color, oviamente), deberán explicar anécdotas e historias vividas en una sociedad donde no solo limpiaban, servían y hacían la compra, también criaban a los hijos de esas personas teniendo que renunciar a ver crecer a los suyos propios.




Leyéndolo así de primeras uno puede asustarse un poco pero lo que realmente nos encontramos no es una película que machaque a los blancos de entonces y entrone a los negros, que nos aborde un tema de dramatismo absoluto que salgas del cine hecho polvo, no es el caso. Nos encontramos ante una película que muestra una época con una maestría ejemplar, con drama, comedia y entusiamo contenido y dejándonos claro que no todo es blanco o negro y que el ser humano ha mejorado y evolucionado pero todavía le queda mucho por hacer. "Criadas y Señoras" muestra la vida, sabe cómo contarla y qué puntos tocar y da... esperanza. Esperanza para la sociedad y esperanza para el cine actual donde películas pequeñas y honestas se convierten en grandes éxitos gracias a un público que sabe ver más allá, un público que se ha metido en la historia y ha disfrutado con ella. Eso es el cine Señores.



La película navega sin movimientos bruscos, recreándose en los momentos apropiados y sacando lo mejor de unas inspiradísimas actrices. Emma Stone sirve como hilo conductor de la historia, es tan joven y lo hace tan bien siempre que uno se asusta ante las posibilidades de lo que puede llegar a alcanzar en un futuro (junto a Amanda Seyfried y Dakota Fanning, ellas tres son el futuro en femenino de Hollywood). Una Viola Davis comedida, serena, fría... estupenda al fin y al cabo. La antagonista y "mala" de la función encarnada por una Bryce Dallas Howard que tras bodrios como "La Joven del Agua" o "Eclipse" vuelve a demostrar que es una niña de papá, sí, pero con un talento indudable. Lo de Sissy Spacek es un don de toda la vida desde "Carrie" y Octavia Spencer merece una nominación como mejor secundaria por uno de los personajes más divertidos del año. Mención especial para una estupenda Jessica Chastain, el ejemplo claro de que todo no puede ser blanco o negro, también hay grises y personas decentes en todos los lugares y épocas, solo hay que saber verlas y darles una oportunidad.


"Criadas y Señoras" es por tanto una de esas películas que puedes ver mil veces, de las que gustan y se disfrutan, de esas que están hechas con el corazón y parece que no les ha costado trabajo hacerlo. Comedia y drama perfectamente esctructurados donde el tema social llega hasta donde tiene que llegar (tranquilos los novios arrastrados a los que se les menciona comedia romántica y se les revuelven las tripas porque son incapaces de diferenciar una buena de una mala, directamente las odian todas, NO es una comedia romántica, lo mismo le pasó a "El Diablo Viste de Prada", tampoco es una comedia romántica). Y mira, hablando de "El Diablo Viste de Prada", no comparte trama, ni historia, ni argumento con "Criadas y Señoras" pero sí el fondo y algunos puntos, el ser pequeñas/grandes películas con historias de una sociedad que puede ser cambiada a mejor, donde se cometen injusticias y errores y done un buen guión hace que vuelvas a creer en la magia del cine. Una de las sorpresas más agradables del año.