sábado, 30 de julio de 2011

Soul Surfer, la superación personal llevada al límite


Ya es por todos conocido que las películas de superación personal son mi debilidad (el equipo de baloncesto que quiere ganar el campeonato, la bailarina que quiere entrar en la escuela y un largo etc...). No suelen ser películas de Oscar (excepto esa obra maestra llamada "Million Dollar Baby" del Dios Clint Eastwood) pero siempre está bien ver películas donde gente corriente consigue alcanzar su sueño... o no. Todos nos alimentamos de esperanza, eso sí que es cierto.

"Soul Surfer" parte del punto de ser una historia real, tan real que pone los pelos de punta. En estos casos el paso a la gran pantalla siempre tiene sus puntos buenos y malos. Es la historia real de Bethany Hamilto
n, prometedora surfista Estadounidense que perdió el brazo izquierdo por el ataque de un tiburón, tirando de Wikipedia uno se entera de todo más rápido y mejor.

La actriz AnnaSohpia Robb se encarga de ponerse en la piel de nuestra protagonista de manera muy acertada. Cierto es que en la pelí
cula no hay sorpresas, está cortada por el mismo patrón que las demás cintas de este "estilo": chica joven, alegre y risueña que tiene un gran futuro por delante que se ve truncado en un momento dado abandonándolo todo cayendo en el dramatismo pero que acabará luchando por conseguir su objetivo... hacerte llorar.




"Soul Surfer" es carne de Sábado o Domingo por la tarde (eso es innegable) a pesar de la presencia de actores de la talla de Dennis Quaid y Helen Hunt (padres de la protagonista). Pero, a pesar de ese olorcillo a telefilm en determinados puntos (bastantes) y del lema "lucha por lo que quieres" tan trillado, la película muestra momentos realmente inspiradores y dramáticos de gran calidad gracias al talento de la jovencita AnneShopia Robb que logra no solo una total empatización con el espectador sino también el llevar perfectamente sobre sus hombros una trama que realmente no daba para más. Ni otro director, ni otro guión, ni otros actores podrían haberlo hecho mejor puesto que la historia es la que es y sus debilidades y numerosas carencias quedan patentes a lo largo de un film cuyas virtudes harán las delicias de los más optimistas.



Si hay algo totalmente destacable ( además de la actuación de la señorita Robb) es la escena del ataque del tiburón. No solo está sorprendentemente bien rodada e interpretada, es que parece que estemos, de repente, en otra película de calidad muy superior. No escatima en dramatismo, con sangre en su justa medida, con reacciones (la amiga vomitando) que te hacen ver lo mucho que se esforzaron por llegar al clímax en la escena más esperada del film. Como os podreis imaginar, la película continua por un camino que somos capaces de adivinar sin verlo siquiera pero, cierto es que la historia no deja de ser inspiradora a pesar de todo.

viernes, 15 de julio de 2011

Harry Potter y las Reliquias de La Muerte Parte 2, el momento de una generación


Antes de empezar advierto de que va a haber SPOILERS por todos lados (aunque lo cierto es que si te has leído el libro no pueden considerarse spoilers), lo digo para que nadie vuelva a ponerse histérico. En este blog suelen haber spoilers y, en este caso, me resulta imposible analizar la película sin mecionar las escenas y los momentos en cuestión. Allá vamos.


Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte 1 puso el listón muy alto dando lugar a una película intimista, pausada y, en definitiva, emotiva y profunda. Era el preludio de lo que estaba por llegar, la batalla final.

Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte 2 es una película más que notable pero lo cierto es que no es una obra cinematográfica perfecta. Sin embargo, ese notable alto sube sin miramientos hasta el sobre
saliente porque estamos ante algo que va más allá de una simple película, va más allá del entretenimiento... señoras y señores esto no es una película al uso, es una experiencia. Tras más de 10 años, el nivel de empatía con los personajes (a veces incluso más con los secundarios que con el propio Harry) es tan grande, la emoción por el final de una era es tan inmenso que los pequeños fallos (que los tiene, por supuesto) pasan de puntillas por una cinta que no solo da lo que promete sino que está hecha para cerrar perfectamente un círculo en el que entramos hace ya (aunque parezca mentira) muchos años.

Uno se sienta en la butaca y observa a su alrrededor las caras de la gente, la tensión, los nervios contenidos... y, al apagarse las luces, todo se intensifica pero sin llegar a extremos desmesurados, no vamos a ver tíos buenos sin camiseta, vamos a ver algo tan ancestral como la lucha entre el bien y el mal, algo tan mágico (nunca mejor dicho) como las historias de amor de unos personajes a los que hemos visto crecer, mezclado todo con un nivel de pirotecnia digno del final
de la saga con una historia que jamás se ha reido o ha tomado por tonto al espectador.

Obviamente, como a lo largo de todos estos años, Ha
rry, Ron y Hermione (a Emma Watson le auguro un gran futuro) llevan la batuta de la función desde un principio y nada más comenzar empieza el espectáculo. Hermione transformada (gracias a la poción multijugos) en Bellatrix da a Helena Bonham Carter los minutos de lucimiento que requiere en cada película desde su primera aparición. ¿La cosa va demasiado deprisa? Sí, cuando vienes a darte cuenta ya están en Hogwarts y no hay respiro posible. Los grandiosos secundarios no hacen otra cosa que demostras el por qué de su maestría, la profesora McGonagall (Maggie Smith) y Snape (Alan Rickman) roban planos y hacen que la risa y las lágrimas salgan sin medida. El momento en el que todos los profesores realizan ese escudo protector de Hogwarts es uno de los momentos más emocionantes de los últimos años. Mientras tanto, nuestros protagonistas luchan en un colegio (del que conocemos casi todo) que se va destruyendo poco a poco.

La verdad es que, pensándolo friamente, hay cosas mejorables. No se puede negar que la batalla podría haber tenido más momentos, aunque es épica tal y como está, lo cierto es que vemos luchar en todo momento a Harry, Ron y Hermione, relegando a los secundarios a un completo segundo plano con pequeñas escenas de lucha (con la clara excepción de Neville, convertido por méritos propios en el segundo heroe de la función) y donde no se nos muestran las mue
rtes de los personajes sino directamente sus cadáveres en el gran comedor. Si bien es cierto que hay un pequeño momento de decepción al observar como la muerte de Fred no ha sido mostrada como debiera, ese mini momento termina cuando observamos a la familia Weasley y cuando la cámara gira hacia Tonks y Lupin uno está ya tan exausto que no puede sino observar las imágenes mientras busca en su bolso un pañuelo para secarse las lágrimas. Destacar también la muerte de Lavender, corta pero realmente impresionante por inesperada en ese momento... y la de Bellatrix, que es exactamente igual que en el libro dándole a la Señora Weasley el reconocimiento y el aplauso de unos fans que siempre la han adorado.
También hay que destacar las escenas inventadas, algo que es casi imprescindible cuando hablamos de la adaptación de un libro. Lo cierto es que nunca me han importado si están bien metidas en la historia y aquí la mayoría lo están. Uno puede sentirse más o menos triste al ver como pequeños momentos o detalles no aparecen pero el conjunto es tan grande y demoledor que tapa cualquier agujero. Reconozco que me hizo gracia la relación amorosa (sacada de la manga porque sí) entre Neville y Luna pero también he de decir que me pareció totalmente metida con calzador aunque cumpla con su cometido, rebajar la tensión y dar en el gusto a un gran número de fans que, a pesar de que en libro no haya nada, siempre se han interesado por esta pareja. Ya digo que a mí me pareció totalmente prescindible lo que no quiere decir que sea horrible.

Hace unos meses, hablando con unos amigos sobre el final de la saga, uno de ellos me comentaba "Vosotros podeis decir lo que querais pero yo me siento en el cine a ver el beso de Ron y Hermione y lo demás pues bienvenido sea". No hay cosa que esté dividiendo más a los fans que el famoso beso que todos llevamos esperando desde que éramos críos. Está cambiado totalmente con respecto al libro y, en mi opinón, para bien. Por primera vez tenemos una escena de los dos completamente solos (en la cámara de los secretos) terminando en un beso que no es ni muy tímido ni muy sexual, es simplemente perfecto para ellos con unas risas al final que se contagian a un público que le dedicó uno de los mayores aplausos de la noche. Por supuesto, sus momentazos (de los que también presumía la primera parte) sacan lo mejor de un público que, al verlos aparecer de la mano ante Harry, no puede evitar algo que está al alcance de muy pocos, sentir, admirar y querer hasta el extremo a unos personajes entrañables.

El enfrentamiento entre el bien y el mal es el camino que hemos ido recorriendo hasta llegar a su conclusión con el combate entre Voldemort (un Ralph Fiennes en estado de gracia) y Harry Potter (un Daniel Radcliffe que ha ido mejorando muchísimo con el paso de los años). Resulta curioso como se resuelve todo de una manera tan bien llevada, donde cada uno toma su posición y lleva a cabo, aunque resulte poético, su destino de una manera memorable, todo bien rodado, contado e interpretado.


El tan comentado epílogo se mueve entre lo ridículo y lo entrañable. Es imposible tomárselo en serio pero no me malinterpreteis, realmente su grandeza reside en eso y aplaudo la decisión de haberse atrevido a realizarlo porque ese es el verdadero final de la historia, el observar como finalmente la vida sigue para los personajes y también para nosotros.

Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte Parte 2 es una gran película y, para los fans, es una experiencia única. Llegar a casa tras ver la cinta y observar en la estantería los DVD y los libros que te han acompañado toda la vida con una sonrisa melancólica no tiene precio. Muchos hablan de que con este final se dice adiós a nuestra infancia... no estoy de acuerdo, realmente se dice adiós no solo a nuestra infancia sino a algo más, a una parte muy grande de nuestra vida y tampoco se dice adiós, simplemente se cierra un capítulo largo y entrañable que por muy acabado y finalizado que esté nos acompañará siempre. Solo podemos dar las gracias a todos los que han tenido algo que ver en que todo esto haya sido posible y, sin duda, siempre recordaremos el momento en el que compramos y leímos el primer libro, el momento en el que vimos Harry Potter y La Piedra Filosofal (y pusimos cara a los personajes) y el momento en el que, ya mayores, hemos visto el final de una saga que para muchos es algo más que una película. Sin duda, GRACIAS.

viernes, 1 de julio de 2011

Transformers 3, o cómo acabar la saga sin pena ni gloria


Hace ya un tiempo que hablé de las dos primeras partes de Transformers. Recuerdo perfectamente que "Transformers" (2007) fue para mí la sorpresa de aquel verano. Era fresca, divertida, con acción a raudales... una historia entretenina (no complicada pero sí entretenida) y el bombazo fue impresionante en todo el mundo. "Transformers: La Venganza de los Caídos" fue un desastre. La comedia en su justa medida pasó a dar vergüenza ajena, Megan Fox pasó de pintar algo a no pintar nada (aunque realmente la relación entre su personaje y el protagonista se consolidó, la trama de ambos gira en torno a eso todos los minutos y puede entenderse con vistas a una evolución para la tercera parte).

Y ahora nos llega "Transformers: El Lado Oscuro de la Luna" (2011) y repite los errores de la anterior entrega. Para empezar, nuestro protagonista (Shia LaBeouf) tiene nueva novia (Rosie Huntington White
ley) , un jefe absolutamente ridículo (john Malkovich), unos padres que mostraron su gracia en la primera entrega y allí se quedó y unos militares que se dedican más que nunca a lucir palmito con unas conversaciones en la CIA que nos importan un pito. En resumen, tenemos que soportar durante más de una hora algo que es total y absolutamente ridículo. Muchos son los que dicen "Estas películas hay que verlas sin meterse en la historia..." ¿Perdona? Un mínimo de historia tiene que tener y cuando ya has visto dos entregas esa historia te acaba importando al igual que la evolución de los personajes que, por poca que sea, tiene que haber. No estoy diciendo que tenga que ser como "Origen", estoy diciendo que la historia debería haber ido por otro camino.





Sam (nuestro protagonista) parece tener de nuevo 17 años (cuando en realidad ya ha terminado la carrera) dando un paso atrás con respecto a su evolución en la segunda (donde eran los secundarios los que jodían todo puesto que la historia de Sam y Mikaela estaba bien llevada al igual que en la primera). La nueva chica debería volver a las pasarelas porque hace que Megan Fox (a la que se echa de menos) merezca un Oscar... y si la comparativa tiene que ser de belleza y no de actuación (como muchos apuntan) pues estamos en las mismas, lo siento Rosie pero tu cara de Bratz desconcentra y un par de hamburguesas no te vendrían mal... ponte la escena de Megan Fox levantando el capó en la primera parte y aprende. Michael Bay quería traernos una nueva estrella/sex symbol y va a ser que no.

Esa unión de historia decente con acción que teníamos en la primera aquí no aparece por ningún lado y, tras hora y media de bochorno, de ver cómo en el guión le sueltan alguna que otra puyita a Megan Fox (como si tu
vieran tres años), después de ver a actores consagrados hacer el ridículo (algo que ya ocurría en la segunda) Michael Bay hace lo que mejor sabe hacer, destruir.

La última hora es un no parar de acción, de destrucción, con todos los robots y militares en medio de Chicago (que queda cual agujero negro al final). Son las mejores escenas de acción de los últimos años, impresionantes y comiéndose con patatas a las escenas finales de las entregas anteriores. ¿Compensa tragarse una hora y media de rollo para al final tener las escenas de acción más espectaculares de los últimos años? Eso depende de cada uno, en mi caso no. Creo que si alguien está interesado en "Transformers: El Lado Oscuro de la Luna" debería esperar al Blu-Ray y disfrutar únicamente de la última hora de película.

Michael Bay comente los mismos errores que en la segunda y hace que demos cabezadas en lugar de darnos o una buena historia o, al menos, acción desde el principio y se cree que con meternos la acción al final vamos a salir haciendo palmas pero se olvida de que lo primero que se hace es comparar con la primera... Parece que se regodea en su propio ridículo con un final de saga que hace que realmente salgas del cine rezando por un futuro reboot decente, al nivel de la genial y entrañable primera parte.