viernes, 1 de julio de 2011

Transformers 3, o cómo acabar la saga sin pena ni gloria


Hace ya un tiempo que hablé de las dos primeras partes de Transformers. Recuerdo perfectamente que "Transformers" (2007) fue para mí la sorpresa de aquel verano. Era fresca, divertida, con acción a raudales... una historia entretenina (no complicada pero sí entretenida) y el bombazo fue impresionante en todo el mundo. "Transformers: La Venganza de los Caídos" fue un desastre. La comedia en su justa medida pasó a dar vergüenza ajena, Megan Fox pasó de pintar algo a no pintar nada (aunque realmente la relación entre su personaje y el protagonista se consolidó, la trama de ambos gira en torno a eso todos los minutos y puede entenderse con vistas a una evolución para la tercera parte).

Y ahora nos llega "Transformers: El Lado Oscuro de la Luna" (2011) y repite los errores de la anterior entrega. Para empezar, nuestro protagonista (Shia LaBeouf) tiene nueva novia (Rosie Huntington White
ley) , un jefe absolutamente ridículo (john Malkovich), unos padres que mostraron su gracia en la primera entrega y allí se quedó y unos militares que se dedican más que nunca a lucir palmito con unas conversaciones en la CIA que nos importan un pito. En resumen, tenemos que soportar durante más de una hora algo que es total y absolutamente ridículo. Muchos son los que dicen "Estas películas hay que verlas sin meterse en la historia..." ¿Perdona? Un mínimo de historia tiene que tener y cuando ya has visto dos entregas esa historia te acaba importando al igual que la evolución de los personajes que, por poca que sea, tiene que haber. No estoy diciendo que tenga que ser como "Origen", estoy diciendo que la historia debería haber ido por otro camino.





Sam (nuestro protagonista) parece tener de nuevo 17 años (cuando en realidad ya ha terminado la carrera) dando un paso atrás con respecto a su evolución en la segunda (donde eran los secundarios los que jodían todo puesto que la historia de Sam y Mikaela estaba bien llevada al igual que en la primera). La nueva chica debería volver a las pasarelas porque hace que Megan Fox (a la que se echa de menos) merezca un Oscar... y si la comparativa tiene que ser de belleza y no de actuación (como muchos apuntan) pues estamos en las mismas, lo siento Rosie pero tu cara de Bratz desconcentra y un par de hamburguesas no te vendrían mal... ponte la escena de Megan Fox levantando el capó en la primera parte y aprende. Michael Bay quería traernos una nueva estrella/sex symbol y va a ser que no.

Esa unión de historia decente con acción que teníamos en la primera aquí no aparece por ningún lado y, tras hora y media de bochorno, de ver cómo en el guión le sueltan alguna que otra puyita a Megan Fox (como si tu
vieran tres años), después de ver a actores consagrados hacer el ridículo (algo que ya ocurría en la segunda) Michael Bay hace lo que mejor sabe hacer, destruir.

La última hora es un no parar de acción, de destrucción, con todos los robots y militares en medio de Chicago (que queda cual agujero negro al final). Son las mejores escenas de acción de los últimos años, impresionantes y comiéndose con patatas a las escenas finales de las entregas anteriores. ¿Compensa tragarse una hora y media de rollo para al final tener las escenas de acción más espectaculares de los últimos años? Eso depende de cada uno, en mi caso no. Creo que si alguien está interesado en "Transformers: El Lado Oscuro de la Luna" debería esperar al Blu-Ray y disfrutar únicamente de la última hora de película.

Michael Bay comente los mismos errores que en la segunda y hace que demos cabezadas en lugar de darnos o una buena historia o, al menos, acción desde el principio y se cree que con meternos la acción al final vamos a salir haciendo palmas pero se olvida de que lo primero que se hace es comparar con la primera... Parece que se regodea en su propio ridículo con un final de saga que hace que realmente salgas del cine rezando por un futuro reboot decente, al nivel de la genial y entrañable primera parte.