sábado, 16 de abril de 2011

El padrastro, mediocridad al servicio del lucimento corporal



Cuando uno no tiene nada que hacer durante toda una tarde es una mala señal y pasan cosas como esta. "Vamos a ver alguna película entretenida" me dije a mí misma y, bueno, una película ví pero lo de entretenida se quedó por el camino.


La trama de "El Padrastro" (remake del film del mismo nombre de 1987) recuerda en numerosas ocasiones a "Disturbia" (que a su vez era un homenaje a "La Ventana Indiscreta") y por ello las comparaciones son inevitables. "Disturbia" (2007) era una pequeña joya bien dirigida e interpretada (con un Shia LaBeouf en estado de gracia) que sabía manejar todos los elementos con la tensión a la cabeza hasta el final. "El Padrastro" (2009) es un mediocre telefilm de sobremesa con el que dormir la siesta.


Lo mejor de la película son sus dos primeros minutos en los que conocemos las intenciones de David Harris (Dylan Walsh), un psicópata de los de toda la vida que se dedica a liarse con mujeres viudas o divorciadas haciéndose pasar por el hombre perfecto pero que al final acaba matando a toda la familia. Su nueva víctima es Susan Harding (Sela Ward) pero el hijo mayor de esta, Michael Harding (Penn Badgley) resegresa a casa tras estar un tiempo en una escuela militar y sospecha que su padrasto no es tan santo como aparenta.



El problema de la película es que falla en todo lo que promete, todo lo que esperas mínimamente de ella no lo recibes en ningún momento. Es muy lenta, aburrida, sin sentido en ocasiones y, lo que es peor, ni la más mínima tensión en ningún momento. No puedes ni reirte de ella lo cual ya es el colmo de los males en estos casos. Los actores se dedican a intentar poner caras: cara de malo, cara de víctima, cara de duro buenorro, cara de tía buena... y a la vez andan de un lado a otro diciendo frases que ni sienten ni se creen y dónde únicamente Dylan Walsh como malo de la función está un poco inspirado pero en ningún momento llega a levantar un producto que se ve fallido una vez pasados los primeros cinco minutos. Lo único destacado (tal y como indico en el título del post) es el lucimiento corporal de los actores, mira, no todo iba a ser malo.




Penn Badgley y Amber Heard (que interpreta a la "encantadora" novia del primero) se pasan toda la película en la piscina o en ropa interior de un lado para otro, en serio, toda la película, eso es lo que nos llevamos tanto unas como otros. Actores jóvenes y con talento malgastando su tiempo (y el nuestro, que picamos por bobos) en una cinta en la que sus personajes tienen menos carisma que la suela de un zapato.


"El Padrastro" puede servir para echarte una buena siesta un Sábado por la tarde o si eres fan de los guaperas protagonistas. Como película deja mucho que desear y nunca demuestra ese "algo" por lo que merezca la pena ser mencionada, recordada o recomendada.