jueves, 7 de abril de 2011

Soy el Número Cuatro... o cómo el final la salva del olvido




"I am Number Four" (Soy el Número Cuatro) es la adaptación cinematográfica del libro del mismo nombre el cual leí hace algún tiempo. A pesar de ello, he decidido valorar la película como tal y no como adaptación ya que, en este sentido, las versiones cinematográficas suelen salir perdiendo.


"Soy el Número Cuatro" tiene el mismo problema que la mayoría de films juveniles que llegan hoy día a nuestras carteleras, esa sensación de que la película se mueve entre tópicos bajo la ley del mínimo esfuerzo y entonces en los últimos minutos ¡Bang! Te meten la artillería pesada para decirte "Te jodes y esperas a la segunda parte" (si es que llega a haber). No me estoy quejando del hecho de que dejen la cosa abierta para una secuela sino del hecho de que lo único que les importe sea eso y en lugar de hacer un inicio y planteamiento a la altura de las circunstancias pasen de eso y al final pongan algo de empeño por si cuela, en esta ocasión la jugada les ha salido bien. Al igual que ocurría con "Mañana, Cuando la Guerra Empiece" estamos ante un episodio piloto que no sabemos si continuará o no (teniendo una mayor calidad en este Número Cuatro que en la de la Guerra, que para eso ha costado más pasta).



Así pues nos encontramos con el susodicho Número Cuatro, alias John Smith, (Alex Pettyfer) un extraterrestre del planeta Lorien que logró salvar la vida junto a otros chavales (nueve en total) y llegando a la tierra junto a sus guardianes que les enseñarán a controlar sus poderes para, juntos, poder derrotar a los Mogadorianos, raza alienígena que se cargó Lorien y ahora quieren cargarse la Tierra pero antes de eso tendrán que ir matando a los números uno a uno y por orden. Tras la muerte del Número Tres, nuestro Cuatro se muda junto a su guardián Henri (Timothy Oliphant) a Paradise (Ohio) donde comienzan los topicazos de la función: Chico conce chica, chico es extraterrestre y chica es tímida, buena persona y perfecta. Grupo de matones increpa al chico nuevo (extraterrestre que no puede usar sus poderes contra ellos y se frustra), chico extraterrestre se hace amigo del chaval más friki del instituto, los malos llegan a cargarse al chico extraterrestre que quiere proteger a su amada...



Lo de siempre. En los primeros minutos la mitología y cómo Cuatro cuenta la historia te entretiene para pasar enseguida a una "comedia" romántica al uso mientras el chaval va descubriendo y controlando sus poderes, algo visto 1.456.382 veces en otras películas. Uno llega realmente a preguntarse si va a pasar algo que realmente nos guste o emocione porque por mucha química que tengan Pettyfer y Dianna Agron nos empezamos a temer lo peor, no porque la película sea una bazofia sino porque es tan del montón, tan tópica y tan "lo de siempre" que en momentos te sales de la historia para pensar en tus cosas a pesar de que Alex Pettyfer luce muy bien palmito y de que Dianna Agron es muy mona y dulce. Por suerte para todos los últimos 20 minutos (lo que viene a ser el final) compensan todo lo anterior y logran (sorprendentemente) que salgas del cine especulando con la situación y queriendo ver cómo va a continuar la historia.

Es la grandiosa aparición de Número Seis (Teresa Palmer) la que levanta la película, ella llega y se los come a todos sin el mayor esfuerzo con la ayuda del amigo friki de Cuatro, de nombre Sam (Callan McAuliffe), que también roba parte del show. Son sus escenas de palos junto a Cuatro contra los malos lo que todos suplicábamos y se nos dió con creces notándose la mano de Michael Bay (que ejerce de productor). No puedes evitar pensar que todo habría sido mucho mejor si Seis hubiera aparecido antes porque cuando vamos a empezar a ver lo que realmente nos interesa las luces se encienden y nos tenemos que ir.



En definitiva, "Soy el Número Cuatro" se salva del olvido (y puede que de la quema) por su acción final que deja con ganas de más. El hecho de que Cuatro, Seis y Sam continúen la historia en futuras secuelas me parece interesante e incluso prometedor y sería algo para aplaudir dado que dejaríamos los topicazos de esta primera parte a un lado para entrar de lleno en acción. Uno sale del cine sin sentirse estafado y pensando que las secuelas podrían ir por buen camino... hoy en día somos muy optimistas o, definitivamente, estamos empezando a conformarnos con poco.