jueves, 15 de diciembre de 2011

Nueve Vidas, la grandiosidad del vacío


Las películas que cuentan numerosas historias son mi debilidad (entre otras muchas), pero no me refiero a bazofias como "Historias de San Valentín" o "Noche de Fin de Año" que nos muestran amores estilo Hollywood que tienen el típico final (aunque reconozco que tienen su función para un Domingo por la tarde sin nada que hacer). Me refiero a joyitas como "Nueve Vidas", una cinta independiente que nos muestra momentos de la vida de nueve mujeres (unos 12 minutos de cada una de ellas) en los que vemos lo que les ocurre y preocupa para, al momento, pasar a otra historia sin retomar la anterior lo cual nos deja con una enorme sensación de vacío, de querer conocer más a cada una de esas nueve mujeres (bueno, a unas más que a otras). El fragmento dedicado a cada una de ellas está rodado en plano secuencia, para quien no sepa lo que esto significa, se trata de un solo plano para rodar la secuencia de (como he dicho) unos 12 minutos por lo tanto no tiene cortes, la cámara sigue a los actores durante esos minutos utilizando un travelling lo que hace que te metas aún más en las historias, es como una cámara oculta que nos muestra unos minutos de la vida de varias mujeres.


De entre esas historias yo destaco tres que tienen algo en común, comienzan siendo simpáticas historias pero en unos pocos minutos acaban con un final desgarrador y absolutamente abierto que te hace darle vueltas a la cabeza pensando qué habrá sido de ellas a pesar de que sean personajes ficticios. Obviamente aquí cada espectador tendrá su opinión pero yo destaco estos tres "cortos": el protagonizado por Robin Wright Penn reencontrándose con un amor del pasado, Amanda Seyfried con una última mirada que no solo te llega al alma sino que te hace querer ir a buscarla para rescatarla de la vida que le va a tocar aceptar y unas Glenn Close y Dakota Fanning inspiradoras con la historia más sorprendente de todas.




Puede que sea un síntoma de masoquismo pero me encantan los finales abiertos de ahí que adore las películas independientes. "Nueve Vidas" no solo te lo deja abierto, te da la opción de imaginar, una opción que Hollywood no hace más que fastidiar con la creación de más y más precuelas con el único objetivo de explicar lo sucedido. Una obsesión de dar un por qué ( y de ganar más dinero) que no solo suele ser inferior al producto original sino que rompe por completo el misterio y la opción de pensar e imaginar del espectador. El gran acierto de "Nueve Vidas" es la enorme sensación de vacío que deja tras su visionado, un impresionante toque dramático que no habría sido posible si hubieran cerrado las historias.




Los personajes de estas mujeres siguen vivos en la mente del espectador y compadeces las situaciones que viven. Unos momentos los disfrutas mucho, otras historias son más flojitas pero como cada una solo dura unos minutos no da tiempo a cagarse en la madre del director que, por otro lado, demuestra una elegancia pocas veces vista en el manejo de la cámara a lo que sumamos unos actores entregados a la causa.




"Nueve Vidas" es lo que su título indica, no tiene más. Solo hay que dejarse llevar durante unos minutos por unas historias del día a día y por unos personajes femeninos a los que solo puedes desearles que encuentren la felicidad... al menos tienes la opción de poder imaginarlo.