viernes, 19 de noviembre de 2010
Mamma Mia! Grecia + ABBA + Meryl... a disfrutar del espectáculo
No se le pueden buscar tres pies al gato, no se los puedes buscar a "Mamma Mia!" porque hay que saber que aquí uno va a pasárselo bien. El éxito del musical hizo que esta historia diera su salto a la gran pantalla con idéntica trama pero con actores de renombre y unos exteriores dignos de gran estudio (Universal en este caso).
Hay quienes no soportan el género musical y les comprendo, el hecho de que en medio del diálogo te empicen a hacer gorgoritos puede resultar más que molesto pero, dejando eso a un lado, y mirando todo esto desde un punto de vista de alguien a quien le gusten todo tipo de géneros... saldrás cantando y ese es su objetivo cumplido. La emoción cada vez que suena una nueva canción conocida por todos se mezcla con una trama simplísima y a la vez amena y divertida, con unos actores (encabezados por la gran Meryl Streep) a los que no les importa hacer el ridículo en algún que otro momento y con una localización Griega que hipnotiza.
Siendo claros y sinceros, esto no es "West Side Story" o "Chicago" por Dios, ni de lejos. Esto es una definición global de entretenimiento para todo el mundo, no importa edad. Una de esas películas que puedes ver en cualquier momento y en cualquier lugar.
Porque el hecho de que una chica (Amanda Seyfried) quiera encontrar a su padre nos da la escusa perfecta para disfrutar de números musicales con unas canciones que todos conocemos y queremos. El tema del cante es mejor llevado por unos que por otros (Pierce Brosnan hace lo que puede) pero bueno, si quería quitarse su imágen de James Bond lo consiguió, desde luego que sí.
Junto con Pierce Brosnan tenemos a actores y actrices para quitarse el sombrero. Meryl Streep es Dios, punto y final, se acabó. Da igual la época, el lugar o el género en el que la pongas, ella te lo hace perfecto. Hace unos años mi madre decia "Esta mujer hace de todo, solo le falta cantar" y yo respondí "Tiempo al tiempo..." pues ya ha pasado ese tiempo y aquí la tenemos cantando, bailando y actuando igual de bien que siempre, me arrodillo ante Meryl Streep. Una mención especial para Julie Walters y Christine Baranski (que interpretan a las mejores amigas del personaje de Meryl), no solo son lo mejor de esta película, es que son lo mejor dentro de las actrices de su generación. Los integrantes del trío masculino (Pierce Brosnan, Colin Firth y Stellan Skarsgard) están total y absolutamente fuera de lugar y, aunque para unos sea una cagada monumental para mí fue un punto a favor en la diversión. Los jovencitos que dan lugar a todo el follón... bueno, más bien ella, Amanda Seyfried, que está totalmente encantadora en esta película que hizo ver que Veronica Mars y Chicas Malas era solo el principio de una carrera que de momento va bien encaminada y, si no se tuerce, puede llegar lejos porque no hay que ser muy listo para darse cuenta de que estamos ante una actriz que, dentro de esta generación de veinteañeros que se dedican a ver quien está más bueno, Amanda está destacando por su talento desde el principio. Dominic Cooper no puede hacer mucho con su papel pero sus trabajos anteriores demuestran que tiene tablas y esta película fue (al igual que para Amanda) un lanzamiento internacional de un par de narices.
La mezcla de actores, música y lugar es explosiva y convierte una historia realmente mediocre en algo que da gusto ver. Porque a veces en lo sencillo está el éxito, ¿Cine para borregos? Es posible, pero no me avergüenzo de haber salido del cine con una sonrisa de oreja a oreja cantando unas canciones que están en la memoria y el corazón de todos.