sábado, 26 de junio de 2010

Sexo en Nueva York 2, del aburrimiento al mayor de los ridículos



En una frase: Esto es un desastre. Sexo en Nueva York (la primera película) fue una total y absoluta decepción. Una cinta aburrida que no le llegaba ni a la suela de los zapatos a la serie original. Pero ahora llega Sexo en Nueva York 2 y lo único que hace es empeorar las cosas y encima repite los errores de la primera parte: demasiadas escenas Carrie/Big, dejar Nueva York (si en la primera parte iban a México aquí se van a Abu Dhabi), duración excesiva (de nuevo más de dos horas)... únicamente Samantha (como siempre) logra que la película levante cabeza en algunos momentos.



Y es que no hay que ser muy listo para ver que Sexo en Nueva York ha perdido su esencia y, aún peor, el sentido. ¿Cómo es posible que se sigan empeñando en sacar a las cuatro amigas de la ciudad de Nueva York en cuanto pueden? Por Dios ¿Es que no son capaces de escribir un guión decente con la ciudad de fondo? Se ve que no. Pero es que además hay algo en esta película que te hace querer salir corriendo del cine y son todas las escenas de Carrie y Big, la pareja emblemática de la serie se ha vuelto un coñazo al que llegas a odiar, aburridos, con unos diálogos que dan vergüenza ajena y una química que parece desaparecer con los años, increíble.


¿Lo bueno? Algún que otro momento en el que están juntas las cuatro amigas y Carrie deja su egocentrismo desmesurado a un lado como la escena de la niñera con Samantha y sus pastillas. Los cameos también resultan graciosos (incluso el de Miley Cyrus) y, por supuesto, nuestra adorada Samantha. Kim Cattrall sigue demostrando que es, ha sido y será lo mejor de Sexo en Nueva York, si la quitas de la cinta esta pasaría de ser un desastre a una total mierda. Su personaje es el único que mejora con respecto a la primera parte y retoma la senda de la serie, cosa que no han hecho con las demás. La ruptura con su novio le da vía libre para volver a ser la Samantha de siempre, más minutos en pantalla para demostrarnos que hasta la menopausia es divertida en ella y, gracias a Dios, vuelve a tener dos escenitas de sexo (bastante explícitas) de esas que a ella le gustan.



Y ahora vamos con lo que da nombre al post, la ridiculización. Porque si quitamos las escenas de Samantha (que como digo, es la única que te arranca una sonrisa) nos queda un muy buen envoltorio de trajes, zapatos y riqueza pero con nada en su interior, una película vacia, hueca, algo que, aunque parezca mentira, no ocurría en la premiada serie. El dichoso viaje a Abu Dhabi nos muestra la riqueza del lugar y el machismo que allí reina. El hecho de que las mujeres lleven el niqab (como el burka pero pudiendo mostrar solo los ojos) es criticado sin piedad durante la mayor parte de la película, y es que, si algo caracterizaba a Sexo en Nueva York, era ese toque feminista de romper con los tabúes y con lo que se supone que una mujer debía hacer, pero recordemos que la serie comenzó en los noventa, unos años donde esta reivindicación tenía cabida. En los tiempos actuales también la tiene pero ya no hay secretismo y el sexo no es un tabú por lo que deciden mostrarnos lo que sucede en esos lugares que nos pillan tan lejos y así vemos como a Samantha la detiene la policia por besar (solo besar) a un hombre en público y su escena con los condones ante un montón de musulmanes es ya memorable. El problema viene cuando la cosa se te va de las manos y te cargas todo ese "mensaje" al caer en el mayor de los ridículos. Cuando un grupo de mujeres se quita los niqab ante nuestras protagonistas mostrando que, debajo de ellos, llevan la nueva colección de Luis Vuitton, a uno no le queda más remedio que salir corriendo o cortarse las venas. Es uno de los momentos mas bochornosos que he vivido en una sala de cine. Penoso, rocambolesco, indescriptible, desastroso.


Sexo en Nueva York ha pasado de ser una serie feminista (en el buen sentido de la palabra), moderna, divertida y con la ropa como complemento esencial a ser exclusivamente una pasarela de modelos aburrida, sin historia y ridícula, donde (vuelvo a repetir, sé que soy pesada) únicamente Samantha (Kim Cattrall) sigue siendo la misma de siempre, algo que ella se encarga de recordar en la película, enorgulleciéndose por ello.


Deberian dejarse de gilipolleces. Los momentos Carrie/Big hay que acortarlos, cuantos menos mejor, quitar los viajes estúpidos y crear un buen guión con Nueva York como escenario. Si no son capaces de hacerlo, que se ahorren una tercera entrega.


Creo que Sexo en Nueva York tal y como la conocíamos ha muerto. La única salida que le veo yo a esto es buscar a cuatro actrices jóvenes y mostrarnos cómo llega Carrie a Nueva York y cuándo conoce a las chicas, pero está claro que ni eso sabrán hacer bien. Sexo en Nueva York ya no es ni la sombra de lo que era y eso es lo peor de todo, que miras y no encuentras nada de lo que fué. Da hasta pena.

jueves, 10 de junio de 2010

The Last Song, mejor de lo esperado


"The Last Song" ("La última Canción" en España) y también la última novela de Nicholas Sparks en ser llevada a la gran patalla, por supuesto, cita obligatoria para mí.


A PARTIR DE AQUÍ HAY SPOILERS, ESTAIS ADVERTIDOS.



Me senté a ver esta cinta cagada de miedo. Y tenía miedo por el simple hecho de que la crítica había destrozado la película y el público también (ahora mismo tiene un 3 en Imdb.com), siendo Miley Cyrus la diana de todas las críticas y nombrada en todas ellas como "lo peor de la cinta".


Lo primero que he de decir respecto a todo esto es que yo nunca antes había visto actuar a la señorita Cyrus, no he visto nunca Hanna Montana (sé de qué va gracias a mi hermana) y en cuanto a su faceta musical conoceré una o dos canciones y ya está. Por lo tanto, me senté a ver la película atemorizada por un lado debido a las críticas pero por otro lado (más positivo) no tenía ningún prejuicio hacia la protagonista, lo que me hizo valorarla como a cualquier otra nueva actriz adolescente vista por primera vez.



Ronnie (Miley Cyrus) y su hermano Jonah (Bobby Coleman) van a pasar el verano junto a su padre (Greg Kinnear). Jonah mantiene una buena relación con él pero Ronnie es una adolescente rebelde que no ha superado el divorcio de sus projenitores, no sabe qué camino tomar o qué hacer con su talento para la música (tranquilos, Miley Cyrus no canta ni una sola vez, solo en una escena en plan coña en el coche). Cuando conoce a Will (Liam Hemsworth) cambia su forma de ver la vida a la vez que una serie de hechos la harán crecer y madurar.


Como ya comenté en "Querido John", señoras y señores, esto es una historia de Nicholas Sparks, es decir, que seguimos la fórmula: comienzo cómico + romance + dramón al final. Si bien, al contrario que en el resto de las obras de Sparks, aquí el romance no es el centro absoluto de la trama ya que comparte el protagonismo con la relación de la protagonista y su padre (y hermano), lo que viene siendo la trama familiar. Esto es de agradecer porque es esa trama familiar el punto fuerte de la película. Una cinta que deja caer casi todo su peso sobre los hombros de Miley Cyrus que no está tan horrible como muchos aseguran. Su personaje es al que segimos durante toda la trama y, a pesar de estar verde en esto del drama, sí que demuestra ganas y esfuerzo logrando crear a una adolescente rebelde (pero sin pasarse) y teniendo algún que otro momento destacado (lo de las tortugas) y brillando en sus escenas junto a su padre (un gran Greg Kinnear) y junto a su hermano (Bobby Coleman) que está sorprendentemente inspirado. Cuando estos personajes comparten plano (destacando a Cyrus y Kinnear), la película brilla, gusta y se disfruta.



¿Pero cuál es el problema? Os lo digo ahora mismo, tiene nombre y apellidos y no es Miley Cyrus, el problema es Liam Hemsworth. El romance es la parte más importante en las historias de Sparks pero aquí su importancia es equivalente a la trama familiar y, si comparamos, sale perdiendo. Hemsworth tiene la misma cara en toda la película, no llega a tener la chulería adorable de Canning Tatum en "Querido John" ni el dramatismo absoluto de Ryan Gosling en "El Diario de Noah", es más, su personaje es en el que menos se profundiza siendo un simple monigote que se dedica a darle besos a la Cyrus y a lucir torso (muy cuidado por cierto). Profundidad cero, y cuando tiene su "momento dramático" (la historia del hermano), no logra ni transmitir, ni llegar al espectador, ni emocionar, lo que hace que casi arrastre a Cyrus a su mundo de inexpresividad pero, por suerte, la chica lo arregla todo con momentos geniales junto a su padre, a su hermano o en solitario. Porque, es más, los mejores momentos de "la parejita" son cuando hay algún secundario por alrededor (la madre de él o el padre de ella cuando les separa las sillas en la playa, por ejemplo). Creo que es la primera vez que el romance casi naufraga en una película basada en una obra de Sparks y digo casi porque, gracias a Dios, se las arreglan para que no resulte del todo molesto o empalagoso.


Por supuesto se repiten cosas ya vistas en la obra de este autor, un personaje rebelde (como en "Un Paseo para Recordar") otro personaje rico (como en "Querido John" o "El Diario de Noah"), la importancia de encontrar tu camino, de que los que te quieren te ayuden a encontrarlo y, como no, el drama. La enfermedad del padre hace que la película adquiera otro tono y Greg Kinnear está absolutamente maravilloso en su papel lo que hace que el mazazo emocional para el espectador sea importante. Sus momentos junto a Cyrus son lo mejor del film, sobretodo al final cuando, qué casualidad, Liam Hemsworth anda desaparecido.


No me malinterpreteis, el romance es una parte importante de la película pero no es la base de la misma por mucho tiempo en pantalla que ocupe o por mucho que los trailers lo hagan creer. El romance que, como ya he mencionado, casi naufraga, está como telón de fondo de algo más profundo que un simple amor de verano y es el amor a los tuyos, a tu familia, el perder a alguien y darte cuanta de que el tiempo pasado ya no se puede recuperar.


Escenas como la de Ronnie (Miley Cyrus) tocando el piano a su padre antes del mayor de los dramas o incluso las bromas de este cuando su hija acaba de "ser besada" son las cosas que se te quedan en la retina. Porque, para mí, la familia se comió al chico guapo durante todo el metraje.


La película tira para atrás a todos los que, como yo, son mayores de 20 años por el simple hecho de que aparece la "Hanna Montana". Pero tengo la esperanza de no ser la única a la que la película le ha parecido bastante decente, no es un drama filosófico para ganar siete Oscars pero entretiene y tiene su mensaje (con sus puntos débiles) pero yo me conformo. Además el hecho de que la chavala no cante en la película se agradece.


Una escena: Ronnie (Miley Cyrus) tocando la última canción para su padre.