domingo, 3 de abril de 2011
Sucker Punch, pirotecnia al servicio de nada
No hace mucho uno se sentaba en el cine a disfrutar de un blockbuster como Dios manda, efectos visuales al servicio de una historia que te atrapa y te emociona. Vivimos un momento (cinematográficamente hablando) en el que lo anterior es la excepción, poquitos son los blockbusters que logran tener unos efectos (una pirotecnia) al servicio de "algo". Puede que sea el "Origen" de Nolan el último gran ejemplo porque en lo que se refiere a "Sucker Punch", cumple con creces lo de mucho ruido y pocas nueces.
El comienzo (al ritmo de Sweet Dreams) es lo más destacado de una cinta que navega sin rumbo fijo y sin historia que contar por tres realidades distintas que, por mucho que te esfuerces o por mucho que quieras que te gusten, te acaban pareciendo una fantasmada de tres al cuarto. No hay historia en "Sucker Punch", es así de simple. En un principio tenemos destellos de algo bueno con esa primera escena que nos muestra como Baby Doll (Emily Browing) intenta escapar de los abusos de su padrastro de la forma más dramática llendo a parar a una institución mental. Dicha institución mental (con sus respectivas compañeras de encierro) es el primer nivel mental de nuestra protagonista, ese primer nivel, ese manicomio es "la realidad", el mundo real. El segundo nivel es "el burdel" o puticlub de toda la vida donde las chicas hacen el trabajo más antiguo del mundo y, con la llegada de Baby Doll, un grupo de ellas intentarán escapar robando una serie de objetos. Cada vez que forman un plan, Baby Doll se introduce en un tercer nivel donde tenemos a las chicas vestidas cual fantasía erótica de pajillero preadolescente armadas hasta los dientes luchando contra enemigos de lo más variados y dándonos las escenas de acción espectaculares que todos esperamos. Aunque el paso de un nivel a otro descoloca en un principio, acabas pillándolo todo enseguida.
El problema de todo esto es que no hay chicha por ningún lado, no hay historia, no hay ni un pequeño detalle de profundidad en los personajes. Nada. Es lineal, plana hasta el extremo y no te importa absolutamente nada de lo que le pase a cualquiera de los que se pasee por la pantalla durante el metraje quedándote claro a los pocos minutos que esto es un divertimento adolescente que, al contraro que en otras ocasiones, solo encantará a los chavales de 7 a 14 años que no buscan una mínima historia. No estamos hablando de que peque de sencillita o de que tenga un guión flojito (como "Avatar") es que no tiene guión y si no tiene guión no es una película, es un videojuego en el que te la sopla lo que les pasa a los personajes. Las escenas de lucha son muy vistosas, son espectaculares (destacando la de las trincheras nacis) donde cualquier amante de la pirotecnia más cara y del espectáculo más bizarro (entre los que me incluyo) tiene su pequeña recompensa y el público masculino más, debido al lucimiento corporal de unas actrices que, cuando terminan sus minutos de pegar palos y tiros parecen realmente muñecas que no saben donde están ni lo que hacen.
¿Alguien puede decirme qué es lo que sabemos de Blondie (Vanessa Hudgens) a lo largo del film? Exacto, nada. Muchos podrán decir que es que no le pedían nada más a la película... mentira, yo soy la primera que voy al cine sabiendo lo que voy a ver y como mínimo hay que tener una trama que sostenga lo demás y aquí no la hay. Lo mejor que uno puede hacer es montar todos los videos de las escenas de acción, ponerles música cañera y disfrutarlos como espectáculo videoclipero pornoadolescente, intentar ver "Sucker Punch" como un blockbuster entretenido puede ser que de resultado en un principio hasta que lleguemos a un punto en el que veamos que, ni somos tan salidos, ni tan jóvenes, ni tan tontos como para hacernos creer a nosotros mismos que nos ha gustado.