martes, 13 de abril de 2010

Thirteen, el lado oscuro de la adolescencia


La adolescencia, esa época de cambios, de objetivos, de desilusiones, de sueños y de subnormalidades varias. Esa edad que ha inspirado, inspira e inspirará películas de todo tipo y condición. Thirteen es una de esas películas, puede que la mejor película de adolescentes que he visto (junto con Las Vírgenes Suicidas).

COMIENZAN LOS SPOILERS!!!!!!!



Tracy (Evan Rachel Wood) es una chica inteligente y normal (a pesar de una familia un tanto caótica) que va al instituto y lidia con los problema típicos del lugar y de su edad. Todo cambia para ella cuando se hace amiga de Evie Zamora (Nikki Reed), una chica que la va arrastrando a un mundo que pone los pelos de punta.



No hay duda de que la película es fuerte, pero no por ello menos realista a pesar de que exagere demasiado las cosas en algunos momentos. Tracy es una buena chica que se deja influenciar por otra más popular. Sí, típico tema adolescente, pero aquí la cosa cambia, aquí no tiene gracia. Las drogas, los robos, la sexualidad y las agresiones desfilan por la pantalla haciéndonos testigos de cómo una chavala se destruye a sí misma ante el asombro de todos. Somos testigos de esa destrucción, de cómo la cosa llega a un punto en el que lo más problable es que no tenga solución. Vemos a una madre angustiada y desesperada al no poder parar el problema, a una supuesta amiga lavarse las manos dándole la vuelta a la tortilla y diciendo eso de "si te he visto no me acuerdo" y a un padre ausente sin saber que hacer.


Hay que prestar atención a los detalles. No se puede decir que nos identifiquemos con Tracy, yo al menos no lo hice porque no tuve una adolescencia así, pero sí que vemos detalles que todos hemos vivido. El hecho de que llegues a clase y se metan con algo de lo que vistes hace que no te lo vuelvas a poner jamás, algo insignificante pero que es un granito de arena más para que el mundo de Tracy empiece a desmoronarse a la vez que da un giro radical, algo que en cualquier película teen habría sido la escusa perfecta para un gran cambio de look con el objetivo de ser reina del baile aquí, por el contrario, hace que comience el mayor de los dramas.

Esta es una cinta en la que todos, absolutamente todos los actores están espléndidos (tal y como ocurre en Boys Don't Cry). Evan Rachel Wood sobresale con su papel, el cambio de su personaje conforme pasan los minutos y los detalles nos hacen ver el talento de esta actriz al igual que con Nikki Reed (antes de Crepúsculo) que, aunque llega un momento en el que es eclipsada por Wood, no se puede negar que está fantástica como la sexy y manipuladora Evie Zamora. Los secundarios son fabulosos, desde Holly Hunter como la desesperada madre de Tracy hasta Brady Corbet como su preocupado hermano. Todos están de lujo, con Evan Rachel Wood a la cabeza.


Está bien eso de tragarnos películas teen divertidas y huecas pero de vez en cuando hay centrarse en la realidad. Thirteen nos muestra la otra cara de esos "maravillosos" años de instituto, la peor cara en realidad. Todo lo contrario a lo que estamos acostrumbados a ver rodado por Catherine Hardwicke de una forma seria y sin que nos de vergüenza ajena. Aquí no hay animadoras, ni equipo de fútbol, ni baile de fin de curso, ni tonterias de esas. Esto una caída al infierno, la destrucción de uno mismo se lleva por delante también a los demás, impotentes al no saber qué hacer. Muy pero que muy recomendable esta cinta.


Una escena: Tracy (Evan Rachel Wood) y su madre (Holly Hunter) abrazadas al final de la película en la cocina, llorando, mientras Tracy exclama que todo esto no va a tener solución. Los pelos de punta.