Con películas como "Las Vírgenes Suicidas" o esta "Lost in Translation" Sofia Coppola se ha ganado mi confianza y admiración, a pesar de que casi la caga con "María Antonieta" de la que ya hablaré algún día. Lo de "Lost in Translation" es más complicado de lo que parece en un primer momento, lo que para algununos es aburrido, para mí (y para otros muchos) es una joya.
COMIENZAN LOS SPOILERS!!!!
Bob Harris (Bill Murray) es un actor que va a Tokio para rodar un anuncio. Fue una gran estrella, tiene dinero y familia pero se siente solo y perdido tanto en su vida como en la ciudad. Charlotte (Scarlett Johansson) está en el mismo hotel que Bob, ella acompaña a su marido (que es fotógrafo) pero suele estar sola en la habitación mientras pasa el tiempo o paseando por Tokio sin rumbo fijo. Cuando conoce a Bob Harris todo cambia, comienzan a conocerse e incluso a divertirse.
La diferencia de edad no es un problema para que se desarrolle la historia de dos personas que se conocen, se descubren y, finalmente, tienen que despedirse para volver a sus vidas. ¿Lo mejor de todo esto? Que no busca en ningún momento el morbo. No los vemos en ningún momento liados, aquí todo es sutil, es elegante, esa es la palabra que define la manera de rodar y de contar la historia. Estamos ante el mejor papel de Bill Murray (con nominación al Oscar incluida) y Scarlett Johansson logra transformar su sosería natural en un punto a su favor para su personaje, porque la Johansson es muy guapa pero a mí me da miedo cada vez que sale en una película. Me da miedo porque nunca sé lo que me voy a encontrar, en unas cintas está fantástica y en otras penosa, no tiene término medio. Por suerte, aquí Sofía Coppola supo sacarle todo su talento, tanto a ella como a Murray. Ellos son la película y Tokio el fondo de todo.
La soledad, la infelicidad, el no saber para dónde tirar, el estar en otro país con otras costumbres... todo contado desde un punto de vista realista, intimista y deslumbrante, mostrándonos una relación simple y sencilla a primera vista pero realmente complicada y con cientos de matices. Por supuesto, Tokio se convierte en el mejor de los escenarios dándonos algunos de los momentos cómicos del film. Las diferentes culturas y costumbres nos llevan a situaciones surrealistas con las que nos identificamos y aplaudimos el hecho de que no se llega en ningún momento a la ridiculización de costumbres como suele ocurrir en estos casos.
Este es uno de estos casos en los que quieres a los personajes y llega un momento en el que te das cuenta de que se van a tener que separar para volver a sus vidas y eso te produce tristeza, solo puedes aplaudir por cómo te has involucrado en la historia.
No hay más que contar, solo verla y disfrutar.
Una escena: La despedida, Bob le susurra algo a Charlotte al oído pero no nos enteramos de lo que le dice. Cada uno se va para un lado, siempre nos quedará el recuerdo.